¿Qué es la osteocondritis?
La osteocondritis hace referencia a un proceso de inflamación de un cartílago y el hueso que tiene inmediatamente debajo (hueso subcondral) producida por una alteración vascular que origina una muerte (necrosis) del hueso y su cartílago, que puede llegar a desprenderse dentro de la articulación. Se trata de un conjunto variado de patologías según el lugar de afectación.
Es frecuente su aparición en niños y en adultos de 20-40 años. Son patología de una gravedad moderada y a que producen importante dolor e incapacidad funcional al paciente.
Tipos de osteocondritis
Existen diversos tipos de osteocondritis según la localización de la lesión, muchos de ellos denominados con nombres propios:
Enfermedad de Panner: afecta al húmero.
Enfermedad de Preiser: afecta a un hueso de la muñeca, el escafoides.
Enfermedad de Kienböck: afecta a un hueso de la muñeca, el semilunar.
Enfermedad de Legg Perthes Calve: afecta a la cadera.
Osteocondrosis de Van Neck: afecta al pubis.
Osteocondrosis de la columna intervertebral.
Cifosis de Scheuermann: afectación de la parte dorsal de la columna.
Enfermedad de Sinding Larsen Johansson: afectación del anclaje del tendón rotuliano en la rótula.
Diversas osteocondritis que afectan a huesos del pie: enfermedad de Kohler´s, enfermedad de Freiberg, enfermedad de Sever, osteocondritis disecante del astrágalo.
Síntomas
Según la articulación afectada, los signos y síntomas de la osteocondritis disecante podrían incluir los siguientes:
Dolor. Este es el síntoma más frecuente de la osteocondritis disecante y puede ser desencadenado por una actividad física: subir escaleras, escalar una montaña o practicar deportes.
Inflamación y dolor a la palpación. La piel que rodea la articulación podría estar hinchada y sensible.
Chasquido o bloqueo articular. La articulación podría hacer chasquidos o trabarse en una posición si un fragmento suelto queda atrapado entre los huesos durante un movimiento.
Debilidad articular. Podrías tener la sensación de que la articulación se está “aflojando” o debilitando.
Disminución de la amplitud de movimiento. Podrías perder la capacidad de enderezar por completo el miembro afectado.
¿Qué causa la osteocondritis?
Nadie sabe exactamente qué causa la osteocondritis disecante, pero se ha vinculado con lesiones graves, a largo plazo o por uso excesivo. A veces, una lesión grave también puede causar fractura osteocondral (cuando una parte del hueso y el cartílago de la articulación se desprenden en la articulación) o lesión osteocondral (cuando el cartílago dentro de la articulación está lesionado, pero no el hueso). Mientras que la osteocondritis disecante puede comenzar con una lesión grave, puede estar presente por meses o años antes de que la persona sienta cualquier síntoma.
Diagnóstico
Durante la exploración física, el médico hará presión sobre la articulación afectada para verificar las zonas que presentan hinchazón o sensibilidad. En algunos casos, junto con tu médico podrán palpar un fragmento suelto en el interior de la articulación. El médico también verificará otras estructuras alrededor de la articulación, como los ligamentos.
Además, el médico te pedirá que muevas la articulación en diferentes direcciones para ver si se puede mover sin problema en la amplitud de movimiento normal.
Estudios de diagnóstico por imágenes
El médico puede indicar una o más pruebas como las siguientes:
Radiografías. Los rayos X pueden mostrar anomalías en los huesos de la articulación.
Resonancia magnética (RM). La resonancia magnética, que emplea ondas de radio y un fuerte campo magnético, puede brindar imágenes detalladas de los tejidos duros y blandos, incluido el hueso y el cartílago. Si la radiografía dio resultados normales, pero aún continúas con síntomas, el médico puede indicarte una resonancia magnética.
Tomografía computarizada (TC). Esta técnica combina imágenes radiográficas tomadas desde diferentes ángulos para producir imágenes transversales de las estructuras internas. La exploración por tomografía computarizada le permite al médico observar los huesos de manera detallada, lo que puede ayudar a identificar la ubicación de los fragmentos sueltos dentro de la articulación.
¿Cómo se trata la osteocondritis?
El tratamiento de la osteocondritis disecante incluye:
El reposo. Al principio, el reposo debe ser completo y la articulación no debe soportar ningún tipo de peso. Luego, las actividades ligeras de la vida cotidiana y que supongan soportar pesos ligeros, se pueden ir introduciendo lentamente siempre que se toleren bien. Se puede tener que llevar una escayola, una férula, u otro dispositivo ortopédico para mantener inmóvil la articulación.
Evitar todo movimiento que cause dolor.
Dejar de hacer deporte u otras actividades intensas.
Fisioterapia para favorecer la flexibilidad y la fuerza.
Puede ser recomendable operar:
si no hay mejora después del reposo y de la fisioterapia
si se desprende por completo un trozo de hueso
para corregir el problema que está causando la osteocondritis disecante (como las piernas arqueadas o en X)
Preparación antes de la cita
En primer lugar, podrías consultar con el médico de cabecera, quien te puede derivar a un médico especializado en medicina deportiva o cirugía ortopédica.
Lo que puedes hacer
Anota los síntomas y cuándo comenzaron.
Enumera tu información médica clave, incluido cualquier otro trastorno que tengas y los nombres de los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomas.
Anota los accidentes y lesiones recientes que podrían haber dañado tu espalda.
Si es posible, pídele a un familiar o a un amigo que te acompañen. La persona que te acompañe podría ayudarte a recordar la información que te dé el médico.
Haz una lista de preguntas para hacerle a tu médico, esto te ayudará a aprovechar mejor el tiempo de la consulta.
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