Encefalitis
La encefalitis es una enfermedad producida generalmente por infecciones causas por diferentes microorganismos -en la mayoría de los casos virus- y que se caracteriza por una inflamación del cerebro. También puede ser originada por una reacción alérgica a vacunas o estar asociada a la existencia de un cáncer o una enfermedad del sistema inmunitario.
Síntomas
La mayoría de las personas con encefalitis viral tienen síntomas leves similares a los de la influenza, como por ejemplo:
Dolor de cabeza
Fiebre
Dolor en músculos o articulaciones
Fatiga o debilidad
A veces los signos y síntomas son más graves, y pueden incluir lo siguiente:
Confusión, agitación o alucinaciones
Convulsiones
Pérdida de sensibilidad o parálisis en ciertas zonas del rostro o cuerpo
Debilidad muscular
Problemas con el habla o la audición
Pérdida de conciencia (que incluye el coma)
En los bebés y los niños pequeños, los signos y síntomas también pueden incluir:
Protuberancia en los puntos blandos (fontanelas) del cráneo del bebé
Náuseas y vómitos
Rigidez corporal
Alimentación deficiente o no despertarse para alimentarse
Irritabilidad
Causas
Herpesvirus: los herpes simple tipo 1 y tipo 2 que causan llagas o ampollas labiales o genitales; los citomegalovirus (CMV), que se propagan por la orina, el contacto sexual, la saliva, el trasplante de órganos y las gotitas de la respiración; el virus varicela zóster (VVZ) y en menor frecuencia, otros como VHH6, VHH8 Y virus de EpsteinBar.
Arbovirus: virus que se transmiten por mosquitos, como el virus del Nilo Occidental o la encefalitis japonesa.
Mordeduras de animales, como el virus de la rabia.
Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), es poco frecuente.
Los enterovirus son más frecuentes a finales de verano y otoño. A este grupo pertenecen la poliomielitis, más conocidos como polio. Es una enfermedad muy contagiosa que afecta, principalmente, a los niños. Otros enterovirus responsables de la encefalitis son: el virus coxsackie, que vive en el tracto digestivo de los seres humanos y la hepatitis A, que se transmite por la toma de alimentos o bebidas contaminados o por contacto directo con una persona infectada por el virus.
Otros tipos de virus que pueden causar la enfermedad son: el sarampión, las paperas o la rubéola. Las vacunas contra estas enfermedades han hecho que los casos disminuyan.
Tipos
Hay dos tipos principales de encefalitis:
Encefalitis primaria. Esta afección ocurre cuando un virus u otro agente infectan directamente el cerebro. La infección puede concentrarse en una sola zona o estar extendida. La infección primaria puede ser una reactivación de un virus que había estado inactivo después de una enfermedad previa.
Encefalitis secundaria. Esta afección es causada por una reacción defectuosa del sistema inmunitario en respuesta a una infección en otras partes del cuerpo. En lugar de atacar solamente las células que causan la infección, el sistema inmunitario también ataca, por error, las células sanas del cerebro. También conocida como «encefalitis posinfecciosa», la encefalitis secundaria suele ocurrir dos o tres semanas después de la infección inicial.
Diagnóstico
Tu médico comenzará con un examen físico completo y tus antecedentes médicos.
Tu médico podría entonces recomendar:
Diagnóstico por imágenes del cerebro. Las imágenes de la resonancia magnética o tomografía computarizada pueden revelar cualquier hinchazón del cerebro u otra afección que pueda estar causando tus síntomas, como un tumor.
Punción lumbar. Una aguja insertada en la espalda lumbar extrae una pequeña cantidad de líquido cefalorraquídeo, el líquido protector que rodea el cerebro y la columna vertebral. Los cambios en este líquido pueden indicar que hay infección e inflamación del cerebro. A veces se pueden analizar muestras de líquido cefalorraquídeo para identificar el virus u otro agente infeccioso.
Otros análisis de laboratorio. Se pueden analizar muestras de sangre, orina o secreciones del fondo de la garganta para detectar virus u otros agentes infecciosos.
Electroencefalograma (EEG). Los electrodos colocados en el cuero cabelludo registran la actividad eléctrica del cerebro. Ciertos patrones anormales pueden indicar un diagnóstico de encefalitis.
Biopsia cerebral. En muy pocas ocasiones, se puede extraer una pequeña muestra de tejido cerebral para analizarlo. Una biopsia de cerebro se hace generalmente solo si los síntomas están empeorando y los tratamientos no tienen ningún efecto.
¿Cómo se trata la encefalitis?
La mayoría de la gente que tiene una encefalitis necesita recibir cuidados en un hospital, generalmente en la unidad de cuidados intensivos (UCI). En el hospital, los médicos controlarán atentamente la tensión arterial, la frecuencia cardíaca y la respiración del paciente, así como sus fluidos corporales, para impedir que el cerebro se inflame todavía más.
Medicamentos
Los medicamentos antivirales permiten tratar algunas formas de encefalitis, como las causadas por el virus del herpes simple.
Se pueden usar corticoesteroides para reducir la inflamación cerebral.
Si el paciente presenta convulsiones, se le pueden dar anticonvulsivos.
Los medicamentos de venta sin receta médica, como el paracetamol, pueden ayudar a tratar la fiebre y el dolor de cabeza.
Los antibióticos no son eficaces contra los virus; por eso, no se usan para tratar la mayoría de las formas de encefalitis.
Muchas personas que contraen una encefalitis se recuperan por completo. En algunos casos, la inflamación cerebral puede causar problemas duraderos, como trastornos del aprendizaje, problemas en el habla, pérdidas de memoria o falta de control muscular. En estos casos, puede ser necesaria la logopedia, la fisioterapia y/o la terapia ocupacional.
¿Qué debo hacer para mejorarme?
Sin duda, ante la presencia de alguna de sus manifestaciones acudir a urgencias médicas. Allí además de explorarle y realizar radiografías pueden obtener una muestra de líquido cefalorraquídeo, lo que se llama realizar una punción lumbar y comprobar si en él hay gérmenes o células inflamadas. Una vez establecido el diagnóstico ofrecerán tratamiento.
Este se basará en control de los síntomas: analgésicos para el dolor de cabeza, antiinflamatorios, reposo, aporte adecuado de líquidos. También en eliminar el virus, y disponemos de antivirales eficaces, y evitar las secuelas. Podemos precisar terapias físicas, ocupacionales o del lenguaje.
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